Las personas dependientes emocionalmente vuelcan su energía y foco de atención en otra persona o actividad para intentar cubrir vacíos que tienen dentro de sí mismos.
Suelen ser personas que conviven con una baja autoestima, cambios bruscos de ánimo, miedo a los cambios, baja tolerancia a la frustración y un bajo concepto de sí misma, incapacidad de terminar determinadas relaciones y decir NO.
No viven su propia vida porque se centran de una forma desmedida en la de los demás.
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