INCERTIDUMBRE: Cómo vivir con ella sin ansiedad y malestar
Una de las sensaciones más difíciles de manejar es la incertidumbre a lo que va a venir
¿Seguiré en este trabajo?, ¿será el hombre o la mujer de mi vida?, ¿tendré alguna recaída de mi enfermedad?, ¿esta decisión que estoy tomando realmente es la correcta?, ¿seré feliz?
Constantemente bombardeamos la mente con hipótesis sobre el futuro que se forman en base a nuestras creencias, vivencias y miedos.
Todos pensamos en el futuro, es muy difícil no hacerlo, y en realidad, es genial si lo usamos de una manera: para saber donde queremos llegar.
El problema que se detecta cada vez más es cuando ese estado de incertidumbre por lo que va a venir nos genera ansiedad, miedo, irritablidad, tristeza e incluso, enfado.
Una de las características que capitanea esa poca resilencia ( la capacidad o tolerancia que tenemos ante una situación negativa ) es querer tenerlo todo bajo control. Esa ” creencia” tan arraigada que muchas veces tenemos que dice que si tenemos todo planificado, planeado o previsto, todo estará bien.
Yo misma, por mis rasgos de personalidad, siempre he tendido a ser bastante controladora. En muchas ocasiones, esa característica ha jugado en mi favor, por ejemplo cuando trabajaba en producción de eventos. Ser organizada y previsora, me aportaba una tasa de fallo pequeña.
El problema venía cuando las cosas no pasaban como yo quería u ocurría algún fallo. En mi cerebro se producía una especie de “crisis” que me generaban estados de ansiedad e irrritabilidad.
¿Te suena de algo?
Ahí me di cuenta que tenía que trabajar mi “resilencia”, es decir, mi capacidad de superar las adversidades “no previstas”. De esta tolerancia hacia las adversidades inesperdas te hablo en otro post porque da para mucho 😉
EL TEMOR A LO QUE VENDRÁ
Esa incertidumbre o miedo a lo que vendrá es normal que aparezca. Cuando pensamos en lo que pasará más adelante, el cerebro no conoce ese nuevo escenario que está en el futuro, aún no lo ha vivido.
Todo lo que el cerebro no tiene registrado, para él, no existe. Por lo tanto cuando nosotros, con nuestros pensamientos, creamos situaciones futuras en nuestra cabeza, la mente es como si se estresara porque son nuevas conexiones que tiene que crear y, como ya te he comentado más de una vez, el cerebro es vago por naturaleza. Entonces apreta el botón de alerta, apreta el botón del miedo.
Aprender a gestionar esa nueva situación para nuestra mente es clave para nuestra vida.
* Si sabemos como hacerlo, utilizaremos esa visión de futuro para crear aquello que queremos que pase en nuestra vida. Si tu te imaginas constantemente como quieres que sea, con detalles, si te ves feliz en esa situación, con la o las personas que quieres que estén a tu alrededor, en el entorno que deseas…no es garantía 100% que vaya a pasar, pero ya condicionas a tu cerebro a que vaya hacia allí. Es el poder de la visualización.
Porque recuerda que el cerebro no juzga si es real o no…si a través de tus pensamientos le das “esa orden”, él
trabajará de manera incosnciente para eso
*Si por contra, esos pensamientos futuros están basados en el miedo y en situaciones dolorosas o que no són lo que realmente queremos…¿sabes que es lo más probable que pase?. Pues que eso que no quieres que pase acabe pasando. Porque de la misma manera que puedes crear pensamientos potenciadores para tí (esos de los que hablábamos 4 lineas arriba), cuando el miedo aparece es fácil que empecemos a crear escenarios dramáticos y que nuestra mente, de manera inconsciente, trabaje para llegar a ese sitio.De nuevo, el poder de la visualización.
¿CÓMO PUEDO GESTIONAR LA INCERTIDUMBRE EN POSITIVO?
Para evitar, o por lo menos intentar, caer en ese bucle negativo de ansiedad y agobio hay que hacer un pequeño esfuerzo, tu cerebro no te lo va a poner fácil
Todo pasa por entrenar nuevas respuestas y crear nuevos recursos mentales que generarán nuevas emociones que te aportarán paz y tranquilidad ante algo desconocido.
1- Coge perspectiva
Una de las cosas que más ayudan siempre a rebajar la intensidad emocional es separarte de tí por un momento. Pocas veces te diré esto, pero en este caso es una técnica muy eficaz, y es dejar de ser el protagonista para ser espectador de tu vida durante unos minutos.
Te propongo un ejercicio para que tu mismo experimentes esto y lo puedas aplicar:
Imagínate que tienes estás sentado con un muy buen amigo tuyo tomando un café. Tu amigo te cuenta exactamente la misma situación que tu estás viviendo ahora, ese agobio, esa preocupación por la situación que tiene por delante… ¿Te lo imaginas? Escucha muy atento todo lo que tu amigo te está diciendo sobre eso que le preocupa.
Ahora piensa, ¿qué es lo que le dirías a tu amigo? ¿Qué argumentos le darías para rebajar su nivel de ansiedad y agobio?.
Pues en las respuestas que le has dado a tu amigo, tienes las tuyas propias. Seguramente poco tienen que ver con las que te dices a tí mismo, pero cuando nos “desapegamos” de la situación y cogemos perspectiva la mente genera recursos adaptativos en positivo y mucho más beneficiosos.
Te animo a que pruebes este simple ejercicio, es muy efectivo porque al disociarnos de la emoción la mente es más resolutiva.
2- Pregúntate qué depende tí
¿En este momento puedo hacer algo para cambiar la situación?. Si la respuesta es sí, no dudes en hacerlo porque eso te hará ganar confianza. Haz una lista con todas esas cosas que SÍ puedas hacer y verás como el nivel de ansiedad baja.
Si la respuesta es NO, o hay cosas que no depende tí…¿ Qué crees que va a pasar? Pues que tendrás que esperar a que ese futuro se vuelva presente. No hay mucho más a decirte con esto porque ni tu, ni yo, ni nadie lo sabe.
Lo que no esté bajo tu responsabilidad tampoco está bajo tu control.
Cuando antes introduzcas esto en tus archivos mentales antes empezarás a gestionar mejor la situación.
3- Céntrate en el presente
Se que la frase esta de “vive el presente” incluso puede ya sonar utópica y pesada, pero te aseguro que si a mí algo me enseña la vida cada día es que lo único que tengo es ahora…¡ni siquiera sé dentro de 1 hora que leches pasará!
Y te lo dice una persona que era super controladora con todo, y que se montaba unas pelis con cosas que podían pasar en el futuro que Spielberg me hubiese fichado en 3,2,1 para la secuela de Marty McFly.
Como te comentaba al principio, está bien usar esa imaginación para ponernos metas y visualizar donde queremos llegar. Pero nunca olvidar que los pies los tenemos aquí y que es ahora cuando estamos pisando.
Pre-ocuparse ya lo dice todo. Estás ocupándote de algo que ni siquiera ha pasado. Y cuando estás ocupándote de eso, estás desocupándote de lo que si está pasando ahora. Dejas de ver todo lo que tienes en este momento, que seguro que es mucho, para centrarte en algo que ni siquiera es real. Una fuga de energía absurda y sin sentido, ¿no crees?
4- Trabaja tu autoestima y tu capacidad de adaptación
El miedo a la incertidumbre no es más que un mensajero diciéndonos que nuestra mente ha tocado el botón del pánico. ¿Cuál es la manera de desactivar ese botón? Enfrentándonos a ese miedo, que no es real, y dándole argumentos a tu cerebro para que entienda que era una falsa alarma.
Cuando tienes un buen concepto de tí mismo y crees en tí no te asusta tanto lo que pueda pasar porque sabes que, sea lo que sea, podrás crear recursos para encararlo.
No digo que tener una buena autoestima implica que ya no te agobia de vez en cuando la incertidumbre. ¡Para nada!. Sino que con un buen nivel de autoestima te das más permiso para fallar y entender que si, finalmente, no sale como querías, no pasa nada porque crees en tí y sabes que encontrarás otros recursos para enfrentarte a la situación. Sabes adaptarte a lo que venga. Crecer es aceptar esa incertidumbre.
5- Abraza la incertidumbre
Para mí este es el punto más valioso e importante.
Nunca vas a controlar lo que va a pasar, nunca. Cuanto más intentes controlarlo todo, más ansiedad tendrás y, al final, más infelicidad. Como decía Voltaire:
“La incertidumbre es una posición incómoda. Aunque la certeza es una posición absurda”
Pero eso puede cambiar cuando aceptas la incertidumbre como parte del juego de la vida:
-Que te pone un interrogante todos los días para ver de qué manera la aprovechas.
-Que si crees que sabes todas las respuestas, ella vendrá y te cambiará las preguntas.
-Que te pone a prueba, no para hundirte sino para que te superes y veas de lo que eres capaz.
-Que lo que puede parecer mala suerte al principio, resulta ser el mayor golpe de suerte al final.
-Que si no arriesgas no pierdes, pero lo peor es que tampoco ganas.
-Que cuando nada es seguro, todo es posible.
Por eso, si le cambiamos la etiqueta de significado a la incertidumbre podemos ver en ella a una amiga que solo tiene como finalidad hacernos crecer como personas al enfrentarnos a cosas desconocidas y que nos ofrece la libertad de no saber lo que va a pasar. Y es ahí donde nos deja una grieta para que seamos nosotros los co-creadores de nuestra vida tal y como nosotros queramos.
“En la incertidumbre encontraremos la libertad para cualquier cosa que deseemos.”
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